Asar a la parrilla es un método de asado con calor seco, rápido y muy natural porque no se necesita añadir grasas, aunque algunos expertos aconsejan engrasar la parrilla para evitar que los alimentos se peguen. Además, se pueden asar tanto carnes, como pescados, mariscos o verduras.

En su forma tradicional, se cocinará a la parrilla utilizando como fuente de calor el fuego creado con carbón o leña.

Existen dos formas de cocinar los alimentos: sobre la parrilla utilizando una rejilla, o pinchando o espetando los alimentos y acercándolos a las brasas, como se hace, por ejemplo, con los famosos, tradicionales y deliciosos espetos de sardinas malagueños (más información en referencias). Al usar carbón o leña como fuente de calor, la parrilla proporciona a los alimentos un delicioso olor y sabor ahumado, muy diferente a cualquier otra técnica culinaria.

Para asar a la parrilla de forma tradicional se necesita: una parrilla, una rejilla donde colocar los alimentos, carbón o leña y unas pinzas largas. Es muy importante que la rejilla esté limpia antes de colocar en ella los alimentos.

Con esta técnica culinaria, se deben cortar los alimentos en trozos gruesos para que queden jugosos y no se sequen por dentro, ya que se exponen a una temperatura de entre 160 y 200° C, pero tampoco demasiado grandes para que no queden crudos. Se debe colocar una capa homogénea de carbón (ramas pequeñas si usamos leña), encender el fuego con cuidado y esperar a que se apaguen las llamas para colocar los alimentos en la parrilla, sobre las brasas (estarán listas cuando adquieran un color blanco). No es aconsejable encender el fuego con  líquido inflamable, porque le dará sabor y olor a los alimentos y puede ser peligroso: es mejor utilizar pastillas de encendido rápido de materia orgánica. Se cortan en trozos pequeños y se distribuyen por toda la base de carbón. Para encerder el fuego, se coge una pastilla con las pinzas y la encendemos, y con ella se irán prendiendo las demás. Cuando se tengan las brasas, se colocarán los alimentos en la parrilla, no demasiado cerca del calor. Se debe asegurar que las brasas duren encendidas al menos 20-25 minutos, teniendo que darle la vuelta a los alimentos para que se cocinen por ambos lados. A diferencia de las técnicas vistas en las unidades 1 y 2, al cocinar a la parrilla nunca se deben pinchar los alimentos para comprobar su cocción. De hacerlo, se saldrán los jugos del alimento y la carne, por ejemplo, y quedará seca y dura.

Un consejo: si se cocina carne, es preferible echarle la sal después de cocinarla y lo mejor es usar sal Kosher o Maldon, que viene en grano grueso o escamas, para evitar un salado excesivo y asegurar que las carnes queden absolutamente deliciosas.